miércoles, 17 de noviembre de 2010

Rinitis atrófica

Es  una enfermedad infecciosa porcina que se caracteriza por la secreción nasal purulenta, el acortamiento o deformación de la jeta, la atrofia de los cornetes (concha nasal) y la reducción de la productividad. Dependiendo de diversos factores, que incluyen la inmunidad del rebaño, la enfermedad puede aparecer de forma enzoótica o más esporádicamente. La forma progresiva, que es más grave, está causada por la infección por cepas toxigénicas de Pasteurella multocida sola, o en combinación con Bordetella bronchiseptica. Las infecciones por B. bronchiseptica sola pueden causar una forma de la enfermedad, que varía de leve a moderada, con atrofia no progresiva de los cornetes. La atrofia de los cornetes puede ser
sólo evidente al sacrificar el animal, o en el animal vivo mediante radiografía o tomografía. Factores medioambientales y de manejo pueden contribuir a la gravedad y a la incidencia de esta enfermedad. Una gran proporción de los rebaños porcinos, aparentemente normales, están infectados por B. bronchiseptica y, posiblemente, por P. multocida no toxigénica, algunos de loscuales presentan evidencia de atrofia de los cornetes.

Etiologia
Pasteurella multocida y B. bronchiseptica se pueden identificar mediante pruebas bioquímicas
tradicionales. Los aislados de Pasteurella multocida pueden caracterizarse posteriormente por sus
antígenos capsulares. El tipo capsular D es el más frecuente en muchas partes del mundo, pero en
algunas regiones predomina el tipo A. Los antígenos capsulares pueden distinguirse
serológicamente mediante hemaglutinación indirecta o inmunofluorescencia, y químicamente por
precipitación con acriflavina, o por sensibilidad a la hialuronidasa. La toxigenicidad de los aislados
de P. multocida puede demostrarse mediante el ensayo de la citotoxicidad en cultivos celulares.
Para diferenciar los aislados toxigénicos de los que no lo son, en algunas partes del mundo se
utiliza actualmente un enzimoinmunoensayo (ELISA) disponible comercialmente. Además, es
apropiado para detectar la producción de toxina a partir de placas de cultivos primarios, sin
necesidad del aislamiento e identificación previos de las colonias individuales. Este ELISA se
utiliza cada vez más como ensayo preferido para el control de la forma progresiva de la
enfermedad.
Agente Causal: Diferentes agentes bacterianos; Spherophorus necrophorus, Micrococcus, Streptococos Corynebacterium, Proteus, Pseudomonas, Pasteurella multocida, Bordetella bronchiseptica.
A quienes afecta?
se suele desarrollar en cerdos de entre 4 y 12 semanas de edad. El cuadro inicial se acompaña de estornudos y ronqueras, con una rinitis catarral. Este cuadro deriva en descargas nasales y oculares de carácter seroso e incluso mucopurulento. No obstante, el cuadro más característico es una deformidad facial, que se caracteriza por desviación del tabique nasal, braquicnatia superior y pliegues cutáneos de la parte dorsal de la nariz.
Trasmision
Los cultivos de B. bronchiseptica y de P. multocida se propagarán en medios que faciliten el crecimiento eficaz, y permitan la expresión óptima de los antígenos que son relevantes para la producción de anticuerpos protectores. Deberá confirmarse que Bordetella bronchiseptica es un cultivo de fase I, y, en el caso de P. multocida, que el cultivo contiene niveles suficientes de toxina.
Las células de Bordetella bronchiseptica y las células de P. multocida y/o la toxina, se inactivan, se detoxifican y se formulan con un adyuvante. Los adyuvantes comúnmente utilizados son las sales de aluminio y las
emulsiones de aceite.

Síntomas
Estornudos y dificultades respiratorias, deformidad de la nariz, lagrimeo y crecimiento raquítico son frecuentes. Se puede observar en lechones de hasta 3 semanas de vida. En el caso de sufrir la rinitis atrófica progresiva, los daños morfológicos en los cornetes nasales no son apreciables hasta las 10 ó 12 semanas de vida. Además del efecto observado en septos nasales, la rinitis empeora los resultados productivos. Pueden presentarse hemorragias y torceduras de la nariz de algunos cerdos. Se puede difundir al cerebro y causar encefalitis. Con frecuencia se presenta la neumonía después.
 Los signos clínicos incluyen estornudos, secreciones nasales y acortamiento o deformación de la jeta, acompañados por atrofia de los huesos de los cornetes nasales, tasa de crecimiento reducida y, en los casos graves, dificultad al comer. La atrofia de los cornetes sólo puede verse en el sacrificio, cuando se examinan secciones del de la jeta a nivel del segundo premolar, pero también se han utilizado la radiografía (11) y la
tomografía para la detección en animales vivos. A menudo, para el seguimiento de los rebaños, es conveniente y útil la valoración subjetiva de la atrofia de los cornetes. (9, 27). Se han descrito escalas objetivas de medida de los cornetes (14), y son más adecuadas para los estudios que requieren análisis de datos. El diagnóstico se complementa con la detección de cambios histopatológicos característicos, que incluyen la sustitución fibrosa de las placas óseas de las conchas ventrales, con variación en el grado de los cambios inflamatorios y reparadores.

Tratamiento
 La prevención de la enfermedad es lo más apropiado, a través de buena higiene y desinfección.
Tratamiento con antibiótico a la cerda antes del parto o tratamiento a los lechones en etapa de preinicio e inicio. Determinar la sensibilidad a los antibióticos de los microorganismos aislados de los abscesos. La única vía para controlar la enfermedad y poder llegar a erradicarla es la combinación, cuando se produce el momento de mayor transmisión (de cerda a lechón) de buenas pautas de manejo: “todo dentro-todo fuera”; vacunación y tratamientos con antibióticos en parideras.  Los antibióticos de elección son las sulfamidas y oxitetraciclinas.
Se hace imprescindible la cuarentena y el monitoreo de la reposición con el objetivo de renovar la cabaña con animales no portadores de los agentes etioló.
Requisitos para las vacunas
Hay varias vacunas disponibles comercialmente que contienen bacterinas de células completas de
B. bronchiseptica y una mezcla de P. multocida toxigénica y no toxigénica, o un toxoide de P. multocida. También están disponibles las vacunas vivas atenuadas de B. bronchiseptica. Las vacunas que contienen
B. bronchiseptica sola no son adecuadas para el control de la rinitis atrófica progresiva, pero pueden resultar
beneficiosas en rebaños con la forma no progresiva. Las vacunas de Pasteurella multocida y B. bronchiseptica
parecen reducir el nivel de colonización por estas bacterias, pero no las eliminan ni impiden la infección.
La toxina de P. multocida es el antígeno protector más importante con respecto a la rinitis atrófica progresiva. Las vacunas basadas en un toxoide de P. multocida ofrecen protección específica contra la acción de la toxina, que por sí misma puede ocasionar los principales signos clínicos (para revisión, véase la referencia. El nivel de toxina producida por P. multocida es relativamente bajo, y la respuesta de anticuerpos específicos de la toxina, inducida por las vacunas que solo tienen bacterinas, puede no ser óptima. La dificultad y el gasto que conllevan la purificación a gran escala impiden la incorporación de toxoides purificados en las vacunas. Recientes estudios de campo han demostrado que un derivado recombinante de la toxina de P. multocida, que no es tóxico, pero sí inmunogénico, tiene una eficacia superior en el cerdo

Diagnostico

El diagnóstico de la rinitis atrófica depende de las investigaciones clínicas, patológicas y microbiológicas, siendo las últimas particularmente importantes en las explotaciones con infección subclínica. Hoy se acepta que un rebaño en el que esté presente P. multocida toxigénica se considere como afectado por rinitis atrófica progresiva, tanto si los signos clínicos son evidentes o como si no (21). Por lo tanto, en muchos países, el control se ha centrado en la detección de la infección, incluso en animales asintomáticos considerados potenciales portadores.

 

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